martes, 3 de enero de 2012

Benevolo, Leonardo


Historia de la Arquitectura moderna

Hasta la segunda mitad del siglo XVIII es fácil enmarcar la evolución de la arquitectura en un cuadro unitario. Las  formas, los métodos de proyecto, la conducta de los proyectistas, de los destinatarios y de los realizadores son distintas según los tiempos y lugares, pero se desenvuelven en el ámbito de una relación esencialmente fija y definida entre arquitectura y sociedad. Varían las cuestiones particulares planteadas a los arquitectos, como asimismo las soluciones de éstos. Sin embargo, la naturaleza del servicio que el arquitecto rinde a la sociedad y la función que la sociedad ha  encomendado a éste se hallan determinadas desde hace mucho tiempo.
Hasta aquí, por tanto, se puede aplicar fácilmente el consabido procedimiento de la historia del arte, que antepone el  estudio de los valores formales, ya que éstos, interpretados adecuadamente, compendian todas las circunstancias y relaciones externas y revelan, con sus variaciones, el cambio de todo otro factor.
Desde la mitad del siglo XVIII en adelante, sin que la continuidad de las experiencias formales sea en modo alguno interrumpida, el lenguaje  arquitectónico parece adquirir uniformidad particular, y las relaciones entre arquitectura y sociedad empiezan a transformarse radicalmente. Se puede seguir el antiguo hilo conductor y continuar haciendo la historia de la arquitectura de los siglos XVIU y XIX sobre el modelo de la historia precedente como se hace normalmente en los manuales  generales utilizando las variaciones del repertorio formal para distinguir a los artistas, las escuelas y los períodos; se puede así, después del barroco, hablar del neoclasicismo, del neogótico, del eclecticismo, etc. Pero en un cierto punto, uno se da cuenta de que la actividad de que se habla cubre sólo una pequeña parte de la producción y de los intereses culturales contemporáneos. Sus relaciones con la sociedad son menos tensas, y nuevos problemas, surgidos lejos del camino  tradicional, han llegado a primer plano.

"El movimiento moderno  está arraigado profundamente en la tradición cultural europea y se halla ligado al pasado a través  de una sucesión gradual de experiencias. Existe, sin embargo, una diferencia de tamaño entre el campo donde nace el movimiento moderno; muy extenso, especialmente al  comienzo, y abarcando varias opciones que maduran en diversos sectores de la civilización industrial y el campo donde se va cerrando, poco a poco, la herencia de los movimientos arquitectónicos discurren con continuidad, el desplazamiento de la cultura arquitectónica de uno a otro campo no puede, necesariamente, ser continuo,  sino que ha sido conseguido con repetidas acciones de ruptura y al precio de fuertes contrastes. Precisamente por ello el movimiento moderno es, en otro aspecto, una experiencia revolucionaria, que interrumpe y transforma la herencia cultural del pasado."


Fragmento tomado del texto:"Historia de la Arquitectura Moderna" Leonardo Benevolo
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Orígenes del urbanismo Moderno


El urbanismo moderno no nace al mismo tiempo que los procesos técnicos y económicos que hacen surgir la ciudad industrial y la transforman, sino que se forma en un período posterior, cuando los efectos cuantitativos de las transformaciones en curso se han hecho evidentes y cuando dichos efectos entran en conflicto entre sí, haciendo inevitable una intervención reparadora. Todavía en la actualidad la técnica urbanística se encuentra, en general, retrasada respecto a los acontecimientos que debería controlar, y conserva el carácter de un remedio aplicado a posteriori. Por consiguiente, resulta importante estudiar las primeras experiencias urbanísticas aplicadas al ambiente industrial, pata descubrir la razón del retraso inicial.


Este ensayo pretende evidenciar en Primer lugar, el doble origen, técnico y moralista, de dichas experiencias, y paralelamente se propone reconstruir las dos clases de móviles que impulsaron a los primeros reformadores: las transformaciones económicas y sociales que produjeron los  desequilibrios de los primeros decenios del siglo XlX y las modificaciones de la teoría política y de la opinión pública, que hicieron que aquellos desequilibrios no fuesen aceptados como una suerte inevitable, sino como obstáculos que podían y debían ser eliminados.



Fragmento tomado de "Origenes del urbanismo Moderno. L.Benevolo"

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